«Y luché contra el mar toda la noche, desde Homero hasta Joseph Conrad, para llegar a tu rostro desierto y en su arena leer que nada espere, que no espere misterio, que no espere.» Gilberto Owen

lunes, abril 30, 2007

INVITACIÓN A FOTÓGRAFOS EN SINALOA

El Blog POESÍA EN SINALOA invita a todos los fotógrafos del estado a crear en este sitio una galería con su trabajo. Los interesados pueden enviar sus fotos a alvarez.cosme@gmail.com con absoluta garantía de sus derechos de autor. La idea es mantener una exposición permanente en nuestra página.

jueves, abril 26, 2007

Premios Clemencia Isaura de Poesía (1925-2007)

El Premio Clemencia Isaura es hoy uno de los reconocimientos literarios con mayor importancia en Sinaloa. Desde sus inicios, en 1925, el criterio de los jurados ha sido bastante pobre en numerosas ocasiones; algunos de los trabajos premiados están más cerca de la prosa que del poema, y no puede decirse que se trate de una prosa afortunada; muchos de quienes compusieron esas líneas no son poetas ni dedicaron su vida a la poesía.

Un libro que incluya todos los textos del Premio Clemencia Isaura es completamente innecesario. Quizá valdría la pena publicar una selección de los materiales, la cual debería limitarse a los poemas de Alejandro Hernández Tyler, Carlos McGregor Giacinti, Miguel N. Lira, Elías Nandino, Margarita Paz Paredes, Jorge Adalberto Vázquez, Chayo Uriarte, Ernesto Moreno Machuca, Juana Meléndez, Desiderio Macías, Miguel Ángel Menéndez, Abigail Bohórquez, Luis Alveláis, Bernardo Elenes, Guillermo Llanos, Dolores Castro, Raúl Cáceres Carenzo, Enriqueta Ochoa, Luis Girarte, Miguel Ángel Hernández, Jesús Ramón Ibarra, Mario Bojórquez, Luis Armenta Malpica, César Carrizales, Alejandro Ramírez Arballo, Rubén Rivera, Ignacio Ruiz Pérez, Jeremías Marquínez, Álvaro Solís y Leonel Rodríguez.

1925
Leopoldo Ramos, A las mujeres mexicanas
Alejandro Hernández Tyler (2º lugar en poesía)

1926-1927
No hubo certamen

1928
Manuel Torre Iglesias, El poema de la patria
Alejandro Hernández Tyler, Torre de Babel (2º premio)

1929-1933
No hubo certamen

1934
Horacio Zúñiga, Salve Alegría

1935-1936
No hubo certamen

1937
Alejandro Hernández Tyler, Alcancía de Romances
Carlos McGregor Giacinti, Oblación (2º premio)

1938
Horacio Zúñiga, Tríptico de tierra, del mar y del cielo
Carlos G. Chaval, Noches de Mazatlán (2º premio)

1939
Manuel Torre Iglesias, Alma de México

1940
Carlos G. Chaval, Tríptico de la lluvia, del viento y del mar
Horacio Zúñiga, Suave lección (2º premio)

1941
Miguel N. Lira, Corrido del marinerito
Antonio Acevedo Gutiérrez, Canto al mar Pacífico (2º premio)

1942
Solón Zabre, Canciones para que los niños jueguen a la ronda

1943
Carlos McGregor Giacinti, Romance de Vida y Muerte, y Canto a la América joven
Carlos Osuna Góngora, Canto a mi tierra (primer premio/ segundo tema)
Edmundo Félix Belomonte, Canto a Mazatlán (tercer premio/segundo tema)

1944
Carlos McGregor Giacinti, Cuatro romances marinos
Rosario A. de Cisneros (1er lugar/segundo tema)

1945
J. Jesús Reyes Ruiz, Teoría sobre el mar de Mazatlán, y Mar (mención de honor)

1946
Vicente Echeverría del Prado, Los linderos de la hora
Daniel Cadena Z., Intemporal sueño (1er lugar/segundo tema)

1947
Carlos McGregor Giacinti, Balada de un lucero perdido

1948
Miguel Álvarez Acosta, Sintonía litoral
Elías Nandino, Décimas a la flor (segundo premio)

1949
Roberto Cabral del Hoyo, Madura soledad
Alfredo Perea Mena (segundo lugar poesía)

1950
Miguel Álvarez Acosta, Geovivencia cardinal
Joaquín Cacho García, Pájaros del ocaso (segundo premio)
Juan Guilubri, Poemas del Mar (tercer premio)

1951
Margarita Paz Paredes, Elegía del amor que nunca muere
Ernesto Moreno Machuca, Sinfonía cósmica (segundo premio)
Víctor José Peredo, Diálogo marino (mención honorífica)

1952
Joaquín Cacho García, El candelabro de las siete luces

1953
Arquímedes Jiménez Vega, Al mar
Ana Josefa Perere Q., Biografía tropical de América (segundo premio)
Jorge Adalberto Vázquez, Gozo del dolor y amor (tercer premio)

1954
Ernesto Moreno Machuca, Raíces de la imagen, de la flor y del poeta
Daniel Cadena Z., Elegías de un amor imposible (segundo premio)
Guillermo Martínez Dávila, Oda antigua a Sinaloa (tercer premio)

1955
Carlos McGregor Giacinti, Décimas de la gota de agua
Rosario Uriarte de Atilano, Ausencia Sin Olvido (primer lugar/segundo tema)
El tercer tema, para estudiantes universitarios, fue declarado desierto.

1956
Salvador de la Cruz, Salutación al océano

1957
Ernesto Moreno Machuca, Biografía del mar

1958
Carlos McGregor Giacinti, Epístola provinciana

1959
Carlos McGregor Giacinti, Décimas enamoradas

1960
Juana Meléndez de Espinoza, La flor más brillante (certamen para poetas laureados)
Desiderio Macías, Por las altas estrellas (certamen para poetas no laureados)

1961
Carlos Mc Gregor Giacinti, El poema de pueril confesión

1962
Pablo Cabrera, Las voces del universo

1963
Miguel Ángel Menéndez, La teoría del naufragio
Abigail Bohórquez, Oda marina a Claude Debussy. (Premio accésit)

1964
Abigail Bohórquez, Canciones por Laura

1965-1966
El Premio Mazatlán de Literatura sustituye al Certamen poético.

1967
Ernesto Moreno Machuca, Declaración espiritual del hombre

1968
Luis Alveláis Pozos, Canciones de tierra y paraíso

1969-1972
El Premio Mazatlán de Literatura sustituye al Certamen poético.

1973
Bernardo Elenes Habas, Nocturno triste

1974
Héctor Ordóñez Pardo, Y acontecieron las palabras

1975
Raúl Flores Villarreal, Pax de quarte

1976
Luis Ríos Urzúa, Vocerío de soledades

1977
Luis Alveláis Pozos, EL poema del retorno

1978
Fue declarado desierto por falta de calidad en los trabajos presentados.

1979
Guillermo Llanos, Esta ciudad existe

1980
Dolores Castro de Peñalosa, ¿Qué es lo vivido?

1981
Raúl Cáceres Carenzo, Sueña el mar

1982
Luis Girarte, Los signos rescatados

1983
Enriqueta Ochoa, Elegía

1984
El Premio Mazatlán de Literatura sustituye al certamen poético.

1985
Herminio Martínez, Cantos de tierra adentro

1986
Alicia Uzcanga, Recuerdos de cristal

1987
Fue declarado desierto por el comité organizador. Se dice que aún hay una historia sin contar relacionada con las razones por las que el premio no fue entregado este año, el primero en la administración de Francisco Labastida Ochoa.

1988
Ernesto Moreno Machuca, Donde se habla de amor

1989
Marcela González de Rico, Memorias de sal

1990
Luis Girarte, Silencios personales

1991
Miguel Ángel Hernández Rubio, Caja vacía de cerillos

1992
José de Jesús de Loza Páiz, Confesión del fugitivo

1993
Abigail Bohórquez, Églogas y canciones del otro amor

1994
Jesús Ramón Ibarra, Barcos para armar

1995
Mario Bojórquez, La mujer disuelta

1996
Luis Armenta Malpica, Voluntad de la luz

1997
Jesús Ramón Ibarra, Amigo de las islas

1998
César Carrizales, Palabras y espada

1999
Alejandro Ramírez Arballo, El vértigo de la ciudad dormida

2000
Rubén Rivera García, Al fuego de la panga

2001
León Plascencia Ñol, Las desapariciones

2002
Ignacio Ruiz Pérez, Navegaciones

2003
Jeremías Marquínez, Varias especies de animales extraños

2004
Jorge Ochoa, Totorotos

2005
José Javier Reyes Méndez, Cenizas de horas

2006
Luis Jorge Boone , Discovery Channel y otros poemas
Mención especial: Margarito Cuéllar, El arte de la fuga o J. S. Bach para principiantes

2007
Álvaro Solís Castillo, Cantalao

2008
Leonel Rodríguez, Dolor de nombre

lunes, abril 23, 2007

Sinaloa, tierra de escritores, no de librerías


LEONEL RODRÍGUEZ

Se sabe que Sinaloa ha sido cuna de hombres importantes para la vida nacional. Aquí nacieron o se criaron muchos poetas. En el primer caso tenemos al Contemporáneo Gilberto Owen, quien nació en El Rosario y ramificó su talento en el centro del país y en el extranjero. En el segundo caso está Enrique González Martínez, nacido en Guadalajara, que llegó a Sinaloa de Leyva cuando tenía 25 años y se casó, tuvo hijos (entre ellos, el también poeta Enrique González Rojo), escribió Preludios (publicado en Mazatlán por la Imprenta Retes) y después, reubicado en Mocorito, Lirismos, Silénter y Los senderos ocultos; ahí mismo se asoció con Sixto Osuna para formar la revista Arte.

Podemos decir que nuestro estado es tierra que da escritores de calidad, a un buen ritmo, como si fueran matas de otra yerba. Pero Sinaloa no es una tierra que acoja los libros. Aquí simplemente no hay libros. Ni siquiera los que escriben los sinaloenses.

Me explico. Desde el último trimestre del año pasado (2006) yo y otros lectores esperamos la llegada a Culiacán de tres libros de poesía. No se encuentran, y los encargados de las librerías-revisterías simplemente no saben si algún día llegarán a sus estantes. Los tres libros de poesía son los fantasmas que recorren nuestras librerías (que no son muchas). Llegué a suponer que la comunicación con la Ciudad de México (donde se editaron los tres) seguía siendo mala, malísima. Pero después supe que no era así: hace muy poco tiempo hubo una presentación de estos libros en el Casino de la Cultura de Culiacán y en noviembre de 2006 se presentó uno de los libros en la Feria del Libro de Los Mochis. Los tres libros estuvieron a la venta entonces. Pero sucede que simplemente no puedo encontrarlos en las librerías. Ni yo ni nadie. Es como si los libros se negaran a ser distribuidos. Amigos de Los Mochis y de Mazatlán me dicen que allá también les faltan. Encontramos (si buscamos de prisa) la edición de aniversario de Cien años de soledad, los libros de Élmer Mendoza y otros de la llamada avanzada del norte. Muy bien, qué bueno que no falten; pero, ¿qué sucede con los libros de poesía reciente de nuestros escritores?

Estos son los nombres de lo tres fantasmas que recorren nuestro estado: Los vientos enemigos (2006), de Felipe Mendoza; Música de cuatro espejos (2006), de Rubén Rivera y Vivo sueño (2006), de Cosme Álvarez.


Leonel Rodríguez nació en 1978. Es autor de Tu piel paciente (2004), libro de poemas también desaparecido, nunca encontrado en las librerías.

jueves, abril 19, 2007

Poética


LEONEL RODRÍGUEZ

Yo soy el mundo. Aquí soy el mundo,
está en la palabra.

Limpio espacio
crece en la mirada,
su ramaje abre una sonrisa
en el rostro de una ella,
desconocida.

Decirle la sonrisa al mundo
es la lluvia que rebosa la vasija
donde alguno bebe su reflejo.

Sin mirada, el hombre es exiliado,
sombra entre fantasmas.

Cuando yo es Nadie
el punto del ojo es el espacio iluminado,
es el fondo del tejido,
viento entre las hojas de palmera,
río que cuenta sus dedos de oro y verde,
carne del mundo en la cara del poeta.