«Y luché contra el mar toda la noche, desde Homero hasta Joseph Conrad, para llegar a tu rostro desierto y en su arena leer que nada espere, que no espere misterio, que no espere.» Gilberto Owen

sábado, mayo 18, 2013

NOCTURNO, de Rosy Paláu


La noche florece
en el asombro de los astros
que la espían.
Por la calle un perro ladra
a la voz indiferente
del minuto.
El tiempo vuelve,
se derrama.
El pasado existe
en el hoy eterno.
Arrastra un árbol
el oleaje de las claridades.
Cierro los ojos
y es incendio desbocado,
cielo de hojas ardiendo
en la lumbre de los pájaros.
De un silencio a otro
las palabras hablan sus imágenes,
el sueño se congrega
para contarse a si mismo.
Hay un patio.
Quietud errante
las piedras beben apiladas
en los arroyos de yerba.
Los muros se encienden,
parpadean,
cegados por el relámpago
de las enredaderas.
Lejano sol que se deshace
dentro del día
mientras el día hila las horas
en el agua de una pila.
El pensamiento construye
verdades y deseos.
No hay nadie.
Los muertos están muertos.
El instante es la lámpara
que los rebela
atravesando los espacios
todavía frescos de su misterio.
Me despierto.
La inmensidad se ahonda
en la ventana
como un Dios
hecho de miradas inexplicables.
La ciudad se alza
desde sus laberintos,
un gallo canta a deshoras,
una puerta se abre y otra se cierra.
Correr de pasos anónimos,
sílabas que se alejan solitarias
como la oscuridad que apenas toca
tu cuerpo manso de reflejos.
Tierra dormida
sobre el alma que respira
goces y miedos infinitos.
En qué pozo te abismas,
qué aventura te arrastra
como la tarde en rápidos de luz.
La luna se asoma
desde un acantilado de estrellas.
Eres la playa que se extiende
allá debajo.
Columna de transparencia,
el espejo que a la nada sostiene,
en repentinas marejadas te refleja.
La mirada va, vuelve,
se regresa.
El mundo conoce sus historias,
se contempla
como la flor en su tallo dichoso,
como la nube que se abre en lo alto
y se deja salir
en formas vivas.
Pasajeros de las horas,
junto a la sombra que te escribe
yo te leo y te repito.
Diminuto torbellino
zumba el aire en un insecto.
El cuarto se aparece.
Ya clarea.

viernes, enero 07, 2011

Cinco poemas de Juan López Cortés

Después del presente

Caeremos con la noche,
en la inercia sin rostro de las cosas,
y el otoño, y el cansadísimo vuelo de unos pájaros,
contarán una roja agonía.

Caeremos al presente,
Y serás ese rio que Heráclito no tuvo.
Un viento amordazado y la llameante tarde,
hurtarán al instante su más alta altitud.

Caeremos desnudos, arboles en otoño;
y sin dioses en la boca,
el Don de la eternidad nos dirá su secreto,
y  dentro, dentrísimamente dentro, caeremos.


Un alto en California

Las olas sacuden sus remos;
un desesperado aire blanco,
arrincona la pradera marítima.

Por un momento parpadear es inútil;
mi perplejidad se llena de espuma.
No obstante, parpadeo
 y un reposo descomunal todo lo fija,
en el acerado resplandor.

Un vasto lienzo de agua,
es ahora Ensenada.


Lost generation

El faro es en la noche un ojo neutro.
Su luz inunda el tedio de goces fortuitos;
 el tedio  es  otro faro,
 morada de los que atisban un ocio sin orillas.

El faro se hizo  imán:
trajo agua sedentaria, 
a  nuestros ríos nómadas.

Entre el tedio y el faro,
naufragó nuestra existencia;
le dimos  voz al mundo,
y nuestra época habló con nombre propio.


Aun sin saberlo

Eres la adolescente que vi  pasar.
Tu rostro, universal para mis noches,
sacudió mi soledad.

Nada hizo la mirada por atajarte.
¿Buscabas medir el cielo?
Pues no paraban de andarlo tus ojos.

Eras el tiempo.
Un hilo de agua.
Y  Yo me ahogaba en ambos resplandores.

Mi boca no procuró nombrarte,
ni te apremié de acechos y palabras.

Nunca aposté al presente tu presencia,
pero pasabas siempre, siempre pasabas.

No jugué a los azares con el futuro,
descreía de él, igual que ahora.

Silenciosamente dentro,  mi voz te gritaba.
Eras la adolescente, y yo: ¿qué era?


Dying swan

La noche que no dices,
en otra boca asomará.
Resistencia ¿ante que oscuridad?
te contienes de nombrarla.
La noche que No.
Calla la oscuridad su régimen de estrellas.
 Otoño repite sus días y sus alas,  en indolente nausea.
La noche que.
La noche, apagada o harta en epifanías,
se meterá debajo del asombro,
y,  entre un Si y un No, buscará su badajo.
El cisne negro de la noche, cierra su vuelo ahora.
La noche.

domingo, enero 18, 2009

EL ÚLTIMO CIEGO EN SALIR, QUE APAGUE LA LUZ

(Poética de un crimen)

ELMAN TREVIZO HIGUERA


NOCHE BRAILLE

Heme aquí.
Levantando el mentón para entonar el canto de los desvalidos y los criminales.
Ostentando el pebetero que pone al rojo vivo la piedra de la estupidez y la locura.
Poniendo los puntos sobre las íes,
en la tipografía de un relampagueante corazón insano, e idiota.

Con esa demente manía de escribir en los brazos tatuados de la niebla, me palpo.
Sí. Estoy aquí.
Mi aroma evidencia el polvo vacío de mis ojos, también…

Abrupto, sin poner preludios,
entro al absurdo de los malabares inconclusos en una calle de tránsito doble.

Circulo por el universo exento de la mala ortografía de las sirenas,
y convoco al analfabeta inbierno que estúpidamente escribe
sobre el vaho que despiden los hocicos y las bocas.

Heme aquí.
En contra de sus bestias entrando a la noche. Restituyendo el toque de queda.
Torpe estirándome al naufragio y relieve de las avenidas.
Bostezando yo. Bostezando el viento.
Con el puño cerrado golpeando puertas,
aldabones mutilados.
Escuchando cerrojos que se cierran con un detestable chirriar de una mano diestra.
Escuchando la música: salmodia eléctrica de monos evolutivos, que somos.

La noche es el nirvana de las prostitutas,
el fuelle que le da aliento a la hoguera,
el tronco de humo que disipa la fatiga del deseo.
Es el lugar donde el criminal atraviesa el oprobio de la oscuridad,
aprendiendo a morir junto con el número impreciso de sus víctimas.
Recordando el conmocionado y amarillento guarismo que nos atraviesa cada madrugada,
cuando un vocero, montado en un monociclo, lanza el periódico a la puerta de la casa,
cual si de un mensajero de la realeza se tratara.

Los periódicos ni de broma lo dicen,
pero más vidas que un gato tiene el criminal,
y siempre cae parado remordiendo un maullido certero de hombre.
Con sus venas eclípticas da vuelta en cada esquina,
jugándose como un tahúr no sólo la vida propia,
sino las de sus mártires en sentido contrario,
cual un emblema parecido a la cuerda de Ariadna,
sin querer soltarla siquiera cuando duerme y babea.

El asesino balbucea nombres inconclusos, como la prolongación de un remordimiento.
Está aquí, en esta noche braille, la que en sus grabados lee lejanías y recuentos,
la que con los ojos cerrados vive aniquilando los sentidos con su tacto.
Esa,
esa misma noche,
como una maloliente cloaca pudriéndolo todo está aquí.
Con su ojo perverso para los propios fantasmas
que se desinflan con el taconeo de las lupaneras,
con el deseo que sigue girando de mil maneras como un trompo infantil,
con inocencias centrifugas.

Heme aquí.
Con el mentón levantado y un espacio vacío:

Buscando de casa en casa,
de habitación en habitación al asesino.
Tirando puertas de una ciudad en ruinas.
Colgando en los garfios de mi alma un escalofrío.
Sosteniéndome aún por mi pellejo: este aparatoso traje de la supervivencia,
esta piel que es búcaro de la muerte.
Es la flor cercana a los huesos y al corazón.
Es un lugar propicio para sentir un crimen;
y de vez en cuando cometerlo con piel de gallina.

Repitiendo. Repitiendo lo irrepetible de mis actos, estoy, repitiendo, repitiendo, estoy.
Inventando una familia y una fiel mascota: la aparente realidad de la vida.
Inventando que por todos los vericuetos busco al criminal; al asesino ciego.
Inventando, que como un caballo desbocado, me busco a mí, en plena carrera.

Cuadro I: ENTRA EL ASESINO

No miro lo que he avanzado en la quietud de mi llegada.
Cubierto estoy del itinerario de lo novedoso.
Parpadeo.
Hermosa es la ciudad donde los que hablan no ven y los que ven dejan de hablar.

La más feliz de las razones de la macilenta noche
es que los ciegos siguen viendo al rojo sol herido por su luz contradictoria
y diario dejan de enfrentarse al raciocinio de los sueños y las esperanzas
(no hay nada nuevo bajo el sol de los ciegos. Sólo escupitajos de tacto volcánico
y erupciones espurias de tragedias narradas con la piel).

Veo en el espejo reflejo de nada (un extranjero).
Me recreo,
olvido esta fortificada historia del exilio:
la ceguera.

No hay cascadas de sombras donde no se cruce el agua que traigo resumida en mí.
No olvido que agua y polvo hacen el barro que no cabe en mis ojos.
No recuerdo nada que no sea irse-volver-volver-irse-irse-volver. Irse.

CUADRO II: SE PRESENTA

Soy el hilo de un papalote que juega con un niño.

Aeronáutico ser que se desinfla
cual muñeca que me hace el amor todos los días.

La salvación me va quedando lejos
como aquella montaña que ni un centímetro mueve a la fe,

Soy aquel que le da cuerda a un santo que la espalda no se alcanza.
Cierro los templos
(hombre seguro),
espero que el creador venga a quitarle los cerrojos:
las vendas del milagro.

Una monja con manos de agua frotando mis pecados necesito
dejar de ser profano y aligerar mi parecido idéntico a un viejo mausoleo
declarado patrimonio de la inmunidad.

Entrar al engranaje de leyes y símbolos merezco
trilladora de cerebros en trance hipnótico.
Porque así,
como estoy,
-con la mano en el sexo de una prostituta que bendice mi miembro cada noche- aunque no lo crean,
la salvación me va quedando
lejos.

Cuadro III: El NARRADOR PRETENDE UNA DESCRIPCIÓN DEL ASESINO

El loco canta para juntar una jungla de palabras parecidas en su inicio.
Recorre las esquinas donde ayer fueron cometidos crímenes sangrientos,
tensa las cuerdas de una guitarra de aire imaginario
y escribe un mensaje recortando las letras de una leyenda de agua que viene desde el mar.

El loco encuentra una ambigua respuesta al vacío que lo absorbe sin haber pregunta
escucha el sonoro erosionar de un escalofrío
la señal del habitante de un parque nocturno.

El loco sabe diferenciar a una noche propicia para el rapto
de una noche para nada propicia.

El loco conoce un motivo para contarse en silencio una historia que todos ignoran,
sabe pensar en el Alba, en la Bóveda de la noche, en las Constelaciones
en el ABC tumultuoso y forzado que se abre
desterrado
en un paraje cubierto de bruma.
El loco escribe un poema que aún no tiene título * (y nunca lo tendrá).

El loco
irónica caligráficamente
reinventa su oficio.

Cuadro IV: POEMA SIN TÍTULO QUE EL ASESINO ESCRIBIÓ Y EL NARRADOR DE MEMORIA NOS LO DICE, ESPERANDO QUE NO LE FALLE ÉSTA *

No puedo vendarme los ojos y encontrar mi lazarillo como por arte de magia.

Me basta con hacer un quimérico y exhaustivo inventario de lo real
(las primeras entradas siempre serán las primeras salidas)
y escribir con zumo de limón el nombre de ella
fingiendo que el fuego la conoce y la descifra.
Me basta con escuchar a la luz matutina entrando por el patio trasero de mi casa
danzando suave como una gitana de Antrim.

En verdad es un oficio el ser ciego,
el vivir suponiendo que el mundo empieza ahí: en la punta de la sombra,
en el final del fuego que sobre el zumo de limón surte su efecto
descubriendo el vago taconeo
el cuerpo de ella: mi víctima cruzando la acera.

No puedo vendarme los ojos
porque Dios (el lazarillo de todos los ciegos o el ciego de todos nosotros, sus lazarillos)
me regaló un firme espejo pintado de negro y una ventana con paisajes mudos,
brújulas imperfectas en una isla táctil.


___________________________

Elman Trevizo Higuera. Nació en Los Mochis, Sinaloa en 1981, pero ha pasado la mayor parte de su vida en Chihuahua. Actualmente radica en el D.F.
Asistió al Taller de Novela en MTY dirigido por Mario Bellatin; al Diplomado Nacional de Estudios de Dramaturgia; al Diplomado en Creación Literaria de la SOGEM. Ha recibido algunos premios literarios como el Punto de Partida en Poesía, Cuento Semanario de Juárez, la Mención de honor en el Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera, y el Primer Lugar en los Juegos Florales de SLP. Fue beneficiado en los Proyectos Artísticos del IMJUVENTUD en el área de dramaturgia. Obtuvo la Beca David Alfaro Siqueiros. Ha publicado en algunas revistas de México, Venezuela, España y E.U.

Ha publicado en los libros Monólogos sin Eco, Los muertos no tienen memoria, Un orbe más ancho: 40 poetas jóvenes, y en los Juegos Florales 2006. Ha asistido a diversos encuentros y lecturas, entre ellos a tres Encuentros de Tierra Adentro y al Ciclo “Nuevas Voces de la Literatura Mexicana” del INBA. Ha sido editor de la revista literaria Clepsidra (CONACULTA-ICHICULT). Fue mencionado entre los 100 escritores mexicanos menores de 31 años en la lista de la Revista Día Siete.

miércoles, septiembre 03, 2008

Dos notas de la bisnieta del poeta Enrique Pérez Arce

GISELLA PEREZARCE

I don't know if we're allowed to post poetry here. My great-grandfather is Enrique Perez Arce. His daughter Laura Aram published books of poetry in Spanish and English. Her son, my father, Inrikwe, is also a very accomplished poet ( although unpublished). I wanted to write something in honor of them. However, what came out was very basic when I tried to write. If given the chance again, I will write something different.

Sinaloa

A land of hummingbirds.
Who has heard of your greatness?
Who has told of your love?
Is it the voice of Angels-
the voice of the turtledove?
I have heard-am hearing, believing,
understood.
I am coming.
Take my hand.
My grandmother and I into
your promised land.

11 de enero de 2008

* * *

No sé si estamos autorizados a publicar poesía aquí. Mi bisabuelo es Enrique Pérez Arce. Su hija Laura Aram ha publicado libros de poesía en español e Inglés. Su hijo, mi padre, Inrikwe, es también un poeta muy logrado (aunque inédito). Quería escribir algo en honor a ellos. Sin embargo, lo que salió fue muy básico cuando traté de escribir. Si se da la oportunidad de nuevo, voy a escribir algo diferente.

Sinaloa

Tierra de colibríes.
¿Quién ha escuchado de tu grandeza?
¿Quién ha dicho de tu amor?
¿Es la voz de los Ángeles -
la voz de la tórtola-paloma?
He oído -
estoy escuchando, creyendo,
entendiendo.
Yo vengo.
Toma mi mano.
Mi abuela y yo
en tu tierra prometida.

11 de enero de 2008

(Versión al español de La Guarida)

***

LA SEGUNDA NOTA

My grandmother, Laura Perez Arce Aram passed on tonight. I wanted to share a poem in her honor.

LA TRAVIATA, 1853

Verdi's fame eclipsed that of his predecessors.
He wrote of his long "years in the galley" to the Countess.
He remembered days of growing up in Milan.
You remembered Mexico, Paris, and the "Deep Purple" song.
Like Verdi, "How many dear and sad memories" followed you.
May the crucible of our loneliness kill us too.
In order to be re-born as a poetess, philanthropist, or political activist.
Making our mark for the world to see.
Now you are truly set free.
I love you.

2 de septiembre de 2008

***

Mi abuela, Laura Pérez Arce Aram, falleció esta noche. Quisiera compartir un poema en su honor.

LA TRAVIATA, 1853

La fama de Verdi eclipsó la de sus antecesores.
Escribía a la Condesa acerca de sus "largos días en las galeras".
Recordaba los días de adolescencia en Milán.
Tú recordabas México, París y aquella canción de Deep Purple.
Como a Verdi, "Cuántos recuerdos tristes y entrañables" te seguían.
Que también nos mate el crucifijo de nuestra soledad.
Para renacer así como poetisa, filantropista o activista política.
Y dejar nuestra marca a la vista del mundo.
Ahora te has hecho libre de verdad.
Te amo.

2 de septiembre de 2008

sábado, junio 28, 2008

Se está cayendo el viento

NOELIA LÓPEZ

Se está cayendo el viento
resbala pesado, indolente
entre los pinos mojados.

La voz de las voces es ave.

Aún no hemos visto la luna
con sus fases, sus temblores
el viento muere, y no se nota.
De la mano de sus nietos
camina una puta retirada
en la vigilia.
Se nos ha caído el viento,
y todos, menos yo
hacen como que no saben.

Las manos del agua me evaden.
Las lágrimas, piedras, no salen.

La perra en la esquina me mira
me anticipa, desafiante
con ojos oscuros, ahumados
traspasa mi frente humeante
el viento se va, se me cae.

Tal vez fue mi estela dormida
mi desidia galopante
la que tiró al viento en su cielo
hizo jirones de mi aire
se lo llevó arriba, muy lejos
donde no puede esperarme
donde no espera tocarme.

No hay aire, no hay tierra
no hay nada
sólo agua en mi pecho inflamable.
Me siento a esperar los camellos
en este desierto rodante.

La luz de las luces es carne.

El viento se ha muerto en mis ojos
lo vi decaer
desgarrarme
ya es noche y las hojas descansan
cubriendo el camino,
ya es tarde.

martes, junio 17, 2008

Los coches no vienen por mí

RAFAEL FÉLIX

Los coches no vienen por mí
Ningún coche viene por mí
En ellos avanzaría rápido
Pero ellos no llevan a jóvenes llagosos
Lacrimosos
Supurosos de una lava que no lava.
Mejor me iré a ganguear mis gangrenas caminando.

lunes, abril 28, 2008

Textos sobre Contraverano, de Mijail Lamas

COSME ÁLVAREZ

En los siguientes enlaces pueden leerse comentarios sobre el libro Contraverano, del poeta Mijail Lamas.



Mijail Lamas es, en mi opinión, uno de los poetas jóvenes de Sinaloa que, más allá de prometer una obra futura, comienza a dibujar un presente promisorio en ese vago retrato de familia que es la poesía mexicana.

Foto: Francisco Segura